jueves, 14 de febrero de 2013

¿Amor?



Esas cosas se sienten, nunca son premeditadas y te pillan de sorpresa. Como si un día vas por la calle y te encuentras cinco euros. No te lo esperas pero te alegra el día y te viste con una sonrisa.

Hasta que se acaban y lo único que esperas es a que la próxima vez te encuentres diez euros y te hagan aún más feliz.

Al final es eso, un andar en un camino que te hace feliz hasta que se acaba. Se acaba y toca buscar otro camino, otros ojos, otros labios, otros te quiero...

Es un caminar, sobre un fino hilo con la inconsciencia de no pensar, lo que duele la caída cuando se rompa.

Un disfrutar sin pensar en el dolor que vendrá, en la desilusión que dejará el final.

Un bajar solo a los infiernos y un subir acompañado de una mano al cielo.

Quizás el amor sea algo parecido a todo eso.

ASL

viernes, 8 de febrero de 2013

Turismo



Fui el turista de la tierra más bella. No de ninguna de esas ciudades que salen en las guías turísticas. Quizás sea por eso que me enamoré de esos paisajes, será por aquello de que lo único engancha, de que lo que pocos pueden tener acaba siendo de los mayores tesoros.

Yo supe perderme entre sus montículos, dos colinas que nunca superarán la majestuosidad del Everest u otros gigantes pero que albergaban mayores encantos. Su valle era el más bonito, no corría río ni agua, no había vegetación ni fauna, tan solo mis ganas de perderme.

Como todo paisaje, tenía esos rincones con encanto, de esos en los que te gustaría perderte para toda la vida. En los que lo único que puedes hacer es sentarte, mirar, disfrutar y grabar en tu memoria.

En lo más alto de la llanura lucía el sol. Probablemente nunca encuentre un sol que abrigue más que aquel. Ni en Andalucía vi algo tan brillante en un cielo. En el desierto de su frente sólo había vida cuando lo labios lo besaban dando belleza a lo inhabitado.

Un turista que supo perderse en la piel de lo más bonito que pisó su cama, un turista que jamás vio nada que le hiciese sombra, un turista que, sin vaciar su bolsillo, llenó su mente de la impagable belleza. Por eso entendió aquello de "no me hablen de paisajes si no han visto su cuerpo" porque paseando por aquel valle, aquellas colinas y desierto supo que jamás podría encontrar esos rincones en ninguna ciudad. Había visto Venecia, Roma, Siena, Córdoba y sus atardeceres y entonces entendió que el mejor paisaje para cualquier turista es el cuerpo de la mujer a la que ama. Comprendió que ningún monumento, por majestuoso que sea, hará sombra al placer de contemplar a una mujer desnuda para él, al poder pasear sus besos por toda su geografía, sus dedos por cada pliegue de piel.

Por eso si algún día me preguntan que ciudad es la mejor para perderse contestaré sin dudar "el cuerpo de una mujer".

ASL

viernes, 1 de febrero de 2013

Soñador



Siempre sabía intuir lo que estaba por venir, lo que acabaría pasando. Tenía una especie de olfato, de sexto sentido para adelantarse a lo que venía.

Supo ver más allá del mañana, del te quiero que dura para siempre, de ese amor que no desaparece. Lo tacharon de loco, quizás en realidad no era más que eso, un loco con razón.

Pero la mayor locura le llegó en el momento en el que se dio cuenta de lo inútil que puede llegar a ser ese don. Inservible cuando, por mucho que ves que las cosas acabarán, no puedes hacer nada por cambiarlo.

Impotencia era su mayor compañía en aquellos días en los que la soledad iba llamando paulatinamente a su puerta. Impotencia de tener que dejarse llevar, de ver morir lo que le importaba como el que ve morir la rosa más bella en el desierto más cruel.

Así fue como se dio cuenta de que a veces hay virtudes que no valen para nada en esta vida. Que la crueldad y la soledad no llaman a tu puerta para hacerte compañía porque simplemente entran y se instalan. De que ni dar lo mejor de él asegura que las cosas salgan bien y que la única manera de mantener los sueños hasta el final era cerrando los ojos y no despertando jamás.

Así acabó su historia, cerrando los ojos para intentar mantener sus sueños para siempre y lo curioso es que nunca más se supo de él y de aquellos sueños locos. Algunos dicen que los pudo cumplir, otros simplemente dicen que murió mientras dormía placidamente

ASL