jueves, 25 de abril de 2013

Querida...



Querida madre de mis hijos:

Sé que no te puedo prometer que vas a ser la única mujer a la que dedique todos mis suspiros hasta el último. Probablemente tú estés en mi misma situación y no dudes que será algo que entienda. Espero que, a lo largo de tu vida conozcas a tíos que valgan mil veces más la pena que yo o que te hicieran la mujer más feliz en su día. Por eso también te digo que siempre valoraré, como un gran privilegio, que acabes decidiendo darme el resto de tus mejores días a mí.

Yo también tuve mis días en los que me creía el rey, en los que iba acompañado por unas manos que me levantaban hasta donde no creía poder llegar. Conocí a mujeres increíbles, por las que hubiese dado todo para que fuesen la madre de mis hijos, por eso, tú también debes sentirte como una privilegiada. Como la que acabó dando el fruto más bonito sin esperarlo, como la que acabó siendo ese “todo para siempre” tan ansiado.

Quiero que sepas, que juntos seremos todo lo que nunca podríamos haber sido cada uno haciendo la guerra por su cuenta. Seremos esa suma perfecta que sale bien y acaba sumando dos o más, esos locos cuerdos hablando de amar.

No dudes que serás única, que todo lo pasado será minúsculo a tu lado, tú el universo al lado de un diminuto planeta llamado “pasado”. Las huellas que vamos haciendo frente a las que dejamos atrás, no sin sufrir viendo cómo se borran como las que borra el agua de la playa, las páginas por escribir de la película de nuestras vidas frente al guión de nuestra biografía pasada, el horizonte y la escalada en vez de la caída libre al infierno de la decepción, el alivio de una gota de agua en la boca del que vaga por el desierto desfallecido.

Seguramente ni tendrás el cuerpo diez que impone esta sociedad, ni la mente más brillante, ni destaques demasiado en nada pero te puedo contar un secreto al oído, que jamás pedí una chica perfecta para la sociedad sino para mí y tú serás mucho más que perfecta.

Sin más, me despido de ti esperando que algún día, cuando menos nos lo esperemos, nuestras sonrisas se enamoren y nos hagan felices.

Con todo mi cariño,

ASL

martes, 16 de abril de 2013

Microcuento

Él era de causas perdidas. 
Ella la mejor causa perdida por la que luchar. 
Aún así jamás tuvieron su final feliz.


ASL