jueves, 30 de junio de 2011

Tres años saben a poco

Pegarte 19 horas en un autobús, cruzarte España entera y parte de Francia y dormir en zulos disfrazados de hoteles de una estrella. Os preguntareis que si tiene sentido o merece la pena. Mi respuesta es clarísima, SÍ, sí por pasar unos días con personas que conocí hace tres años cuando, como no volví a repetir 4º, dicen por ahí que si el destino… que si los estaba esperando… lo único que sé a ciencia cierta es que me acogieron como uno más de ellos. Todas las mañanas “buenos días Santos”, todos los días buenas palabras y cachondeos y entre medias exámenes. Un año y ya tenía amigos, era el abuelo, uno más de una generación más joven, más tocada de la cabeza y sin lugar a dudas que me cambio y me dio las ganas necesarias para seguir con mi camino. En definitiva algo inolvidable como el viaje que termino por fin con la secundaria, Italia, donde seguí con mis líos en la cabeza, mis mismos enredos pero conociendo a la que a día de hoy es y espero que siga siendo mi mejor amiga. Por resumir este primer año sería algo así como entrar sin conocer a nadie y acabar siendo mejor amigo de algunos y conociendo a personas que han aguantado lo inaguantable junto a mí.
Segundo año de esta historia: ilusiones renovadas, un nuevo curso y las mismas caras a mi lado, solo podía volver a ser un año increíble. Pase a ser oficialmente el papá de medio instituto, nos tiramos todo el año diciendo “mañana?, mañana verano y pasado septiembre”, haciendo prácticas de laboratorio, diseccionando caballas, riñones, corazones, ojos… inolvidable la cabeza de nuestro cerdo Melchi (o como queráis llamarlo) y como aprendimos que un bloque de granito podía servir para abrir el cráneo de un cerdo. Todo eso mientras nuestros compañeros se lo pasaban igual de bien o mejor con Don Lama, no sé cómo se le puede coger tanto asco a un nombre… bueno si que lo sé jajaja. Y otro año llego a su fin y seguí con mis amistades y engrandeciendo otras con gente profesional y con todos mis hijos que iban apareciendo.
Y así llegamos al tercer año, un año que se preveía dificultoso, con muchos obstáculos y el primero fue el hombre este del nombre cortito aunque se compensó con mi mejor compañera de mesa del universo. Vaya año de insensatos, de risas, de conversaciones indecentes mientras nos contaban las teorías de Platón, Kant, Nietzsche… la historia de nuestro país y las cagadas de Zapatero o la obra del gran Machado. Un año marcado por gestos y frases “se corre”, “nos saca”, “es buena”, “que chula”, “cuidado con el polo”, “eres un insensato”, “la wonderberry”. También por nuestros partidos en la Salle, que crack Robben!. Unas clases de psicología mágicas, donde hacíamos de todo menos psicología. Y también llego a su fin un curso corto pero intenso con una graduación como merecía, con etiqueta, cena y acabando en la feria. Aunque todavía nos queda una experiencia extra, Poitiers, la Jencarni, el street poker, la fiesta de la música y Tiago rapeando por allí, dormirme mirándome el pie como si estuviese emporrado, conocer a chicas de Ponferrada… simplemente indescriptible!.
Un año con el que pongo, espero, punto y final a ocho años en un instituto que me ha enseñado que no solo se va a aprender un puñado de asignaturas, sino que se va a aprender de la vida, a crecer como persona y a darte cuenta de que has conocido a gente que ha cambiado tu vida, que son los mejores y que nunca los olvidaras porque han calado hondo en ti porque sin ellos y sus sms y consejos no sabría sonreír a cada instante como ahora sí que sé.
Y que aunque suene a despedida doy mi palabra de Padre de que esto no será un adiós y siempre querré saber de vuestras vidas e iréis conmigo en el corazón como un orgullo más junto a mi Córdoba. Tres años a vuestro lado saben a poco.
GRANDES PERSONAS, GRACIAS POR HABER FORMADO PARTE DE MI VIDA, AHORA SOIS PARTE DE MI PARA SIEMPRE Y CADA DIA QUE ME PONGA MI CAMISETA DE POITIERS SERA COMO LLEVAROS A VOSOTROS A MI LADO!
OS QUIERO!!

ASL